Los primeros auxilios son medidas terapéuticas de urgencia que se realizan en las personas que sufren algún accidente o enfermedad súbita, en tanto se dispone de asistencia médica. El objetivo de ellos es aliviar al herido o enfermo e impedir que se agrave su situación y en casos de extrema gravedad, mantenerlo con vida hasta que pueda ser atendido por el servicio de salud.
Los primeros auxilios dependen de los requerimientos del accidentado o enfermo, pero hay una serie de pasos que son aplicables a cualquier lesión. Es fundamental no entrar en pánico, no apurarse, no mover a la víctima a no ser que la posición en que se encuentre perjudique aún más el cuadro y examinarla para valorar su estado.
Debe darse mayor importancia a las lesiones o heridas que puedan poner en riesgo la vida del sujeto: falta de pulso y/o respiración, hemorragias, shock, conmoción, intoxicación, envenenamiento.
Revisar al paciente, valorar su pulso, su respiración, si no existen obstrucciones de los conductos respiratorios (boca o nariz) debe mantenerse la cabeza en el mismo nivel que el tronco; si pierde sangre; si presenta convulsiones, etc.
Si no existen lesiones en el cráneo o la columna se pueden elevar un poco los hombros y la cabeza de modo que adquiera una posición más cómoda.
En caso de
náuseas o vómitos es importante voltear la cabeza hacia un lado para evitar que los aspire. Si el individuo está consciente se lo puede interrogar acerca de las molestias que tiene.
Lo que se debe saber para proporcionar primeros auxilios:
Tomar el pulso
Colocar los dedos sobre las arterias del cuello o la muñeca y contar, lo normal es entre 60 y 80 latidos por minuto en personas adultas y 140, en bebés.
Verificar si respira
Acercar el oído al rostro del paciente para apreciar si se siente el aliento o el dorso de la mano a su nariz para constatarlo. Colocar la mano sobre el tórax para ver si se mueve. También se puede poner un espejo cerca de las fosas nasales y si se empaña es porque respira. La cantidad normal de respiraciones es de entre 15 y 20 por minuto.
Verificar reflejos
Acercar un dedo a la córnea para observar si hay respuesta; verificar si hay contracción al dirigir una luz hacia ella. Pinchar o pellizcar el interior de un brazo o pierna que deberá responder moviéndose.
Reanimación cardiopulmonar básica
Cuando se ha comprobado que la víctima carece de signos vitales (respiración y pulso), se debe realizar una exploración de la vía aérea para verificar que no exista ningún objeto que esté obstruyendo y pueda dificultar la maniobra, si hay algo debe ser extraído poniendo el dedo como un gancho.
Respiración boca a boca
Una vez que se ha comprobado esto, apretar suavemente la nariz con los dedos, inspirar, colocar los labios alrededor de la boca del paciente y espirar el oxígeno hacia los pulmones del mismo. Para comprobar que se está realizando correctamente la maniobra, se debe observar el tórax y si éste se eleva se está procediendo bien. Entonces se comprueba el pulso y si hay, se continúa con la reanimación con una frecuencia de una espiración cada 5 segundos. En caso de no haber pulso se procederá a realizar masaje cardíaco.
Masaje cardíaco
Arrodillado al lado de la víctima a la altura del corazón, localizar con los dedos índice y medio el costal inferior hasta encontrar la cavidad donde se juntan las costillas y el esternón, contar dos dedos para arriba y colocar la palma de la mano en el eje del esternón, colocar la otra encima y con ambos brazos estirados ejercer la fuerza con el talón de ambas manos, presionando entre 4 y 5 centímetros el esternón, para lograr que su corazón bombee el oxígeno que se le ha administrado de forma artificial. La frecuencia del masaje cardíaco, es de 2 insuflaciones con 15 masajes, verificando de cuanto en cuanto que recobre el pulso espontáneo, y si es así, continuar sólo con las insuflaciones.
La maniobra de reanimación cardiopulmonar deberá finalizarse una vez que el paciente se recupere, si llega la asistencia médica, si la persona que está realizando la reanimación queda extenuada.
¿Cómo actuar frente a una hemorragia?
Una hemorragia grande puede provocar la muerte de una persona en muy pocos minutos. Es importante lo más rápido posible presionar de manera constante la herida o colocar un pañuelo, o trozo de tela limpia sobre la misma presionando siempre. Es importante intentar cerrar con los dedos la herida, siempre presionando y cubriendo con algo y si no hay fractura elevar la parte afectada a una altura superior al resto del cuerpo, mientras se espera el servicio de salud.
¿Cómo actuar frente al envenenamiento por ingestión?
Uno puede darse cuenta de que alguien ha sufrido envenenamiento si tiene los labios decolorados, sensación de quemazón en la garganta, confusión, o presencia de envases con residuos tóxicos próximos a la víctima.
No se debe provocar el vómito o dar líquidos si el paciente está inconciente, tiene convulsiones, ha ingerido productos derivados del petróleo, líquidos de limpiar baños, metales, ácidos, yodo. Mientras se espera al médico es fundamental actuar con la mayor rapidez posible, antes de que el organismo absorba el veneno. Es importante mantener al alcance el envase del producto que la víctima ha ingerido a fin de que el médico sepa de qué se trata. Es conveniente mantener caliente al paciente y seguir al pie de la letra las indicaciones que brinde, vía telefónica, el médico o la línea de intoxicación.